lunes, 27 de mayo de 2013

Publicidad según el tipo de mercado

Razo, V. (1999) explica que por naturaleza humana somos susceptibles al “contagio mental”, que tiene que ver con la imitación de acciones que una persona realiza y es repetida cada vez por más individuos, y de esta forma funciona la publicidad desde sus inicios, procurando homogenizar las elecciones de los consumidores:
 “se desarrolló la revolución industrial y surgió la producción de mercancías en serie y en grandes cantidades. Se hizo necesario vender a todos lo mismo. El problema para lograrlo es el de crear consumidores también es serie y en grandes cantidades. Lo que se requiere es uniformar y estandarizar opiniones, gustos, modas, monomanías, sentimientos necesidades”.
A partir de estos cambios surgieron las relaciones entre compradores y productores y nuevas estructuras de mercado. Ante la aparición de la producción en masa y la necesidad de consumidores masivos, la necesidad de un medio que diera a conocer los productos e incitara al consumo se hizo inminente, así surgió publicidad.
Para el autor la publicidad es indispensable tanto para el intercambio de bienes y servicios como generar acciones colectivas. En su propio contexto, indica que “por cada peso que se invierte en publicidad se obtienen como ganancia 25 pesos” (Razo, V. 1999).
Esta descripción nos introduce al concepto de elasticidad de la publicidad, definida por Hu, Y.; Hayati, B.; Krieger, A. (2009) el porcentaje de cambio del volumen de ventas dividido entre el porcentaje de cambio de publicidad.
En términos de mercadeo, existen diversas teorías sobre lo que se puede o no hacer con un producto, una marca o cual sería el comportamiento idóneo del mercado. Sabemos que las teorías varían en la práctica o no pueden ser aplicadas de forma general, especialmente en la dinámica de mercado que es tan diversa y acelerada.
Bigné, E. (2003)estudia los efectos económicos de la publicidad y señala un concepto de  elasticidad diferente en relación con este ámbito específico. La elasticidad es precio, en alguna medida un término más económico, pero se ve altamente influenciado por la acción publicitaria.
Contrapone dos enfoques de pensamiento: la publicidad como competencia de mercado y la publicidad como poder de mercado. La primera se refiere a la publicidad objetiva que le da al consumidor los detalles del producto y este hace su elección respecto a la marca que considera tiene mayor valor. En esta dinámica existe una mayor apertura a nuevas marcas, por lo que existe más competencia y los precios tienen más elasticidad, pues se ajustan a la interacción con otras marcas.
En el segundo enfoque, debido al impacto que tiene la publicidad en la rentabilidad del mercado es vista como un poder ejercido sobre este. Se comprende la función de la publicidad de la misma manera que cuando fue creada, como una poderosa  influencia de los gustos y las elecciones del consumidor; no existe un objetivo informativo, se busca la lealtad a la marca, por lo que se reduce la competencia y la elasticidad de marca.
El enfoque de la publicidad como poder de mercado, ha sido muy criticado pues su interés principal es generar una influencia que modifique los hábitos de consumo, evocar el deseo por una marca de forma subjetiva y emocional, más que por suplir una necesidad primaria.
En términos de la actividad publicitaria y comercial, el ideal de cada marca es que la suya sea la elegida y para esto realiza esfuerzos para mostrarle y recordarle al consumidor que existe, sin embargo, aquellos con más habilidad para hacerlos serán los líderes. Si bien la calidad es importante, su producto no será comprado si los consumidores no saben que existen.
La dinámica del mercado es lo suficientemente amplia para que los dos enfoques se desarrollen, ya que existen productos con mayor demanda que tendrán mayor competencia y para los cuales las estrategias de influencia deben ajustarse a esta interacción con los competidores. Por otro lado, sabemos que existen categorías y productos muy especiales para los que usaremos otras estrategias.

Por ejemplo, la estrategia de precio para un producto Premium es que sea alta porque es único, escaso y de muy alta calidad. No podríamos aplicar lo mismo con una marca de atún cuyo finalidad es ser vendida como un producto de primera necesidad.

Referencias Bibliográficas
  1. Bigné, E. (2003). Promoción Comercial. Editorial ESIC. Madrid, España.
  2. Razo, V. (1999). El Poder de la Publicidad.Imagen. Recuperado el 25 de mayo de 2003 en http://www.imagenzac.mx/1999/07/01/Opinion2.htm.
  3. Krieger, A.;Hu, Y.; Hayati, B.(2009). An update of Real-World TV Advertising test. Journal of Advertising Research. Volumen 49. No 2. Nueva York, Estados Unidos

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