lunes, 12 de marzo de 2012

Tiempo y Mercado: Un orden necesario



Desde hace milenios el ser humano ha medido el tiempo, agua, arena, dispositivos mecánicos, partículas subatómicas y hasta el sol han sido maneras utilizadas por el hombre para determinar y medir el transcurso del tiempo (Scientific American 2002).

Y es que aunque no lo veamos, no lo podamos sentir e incluso los científicos no lo pueden explicar con exactitud, todos estamos a disposición del tiempo, estamos constantemente apegados y dirigidos por un sistema cuyo principio es dividir el día y organizar los diferentes momentos de éste, ya no son noches ni días sino que hoy vivimos a través de horas, minutos y segundos.

Cada segundo cuenta, ya que aunque realmente no haya consenso en el mundo científico sobre la identidad del tiempo así como de su naturaleza (Scientific American 2002), si existe un común acuerdo en que no hay posibilidades prácticas (por ahora) de cambiar el flujo temporal, el tiempo continúa inexorable, corriendo.

La dependencia y control del tiempo es tal que llega incluso a compararse con la del dinero, un estudio realizado por France Leclerc, Bernd Scmitt y Laurette Dube para el Journal of Consumer Research (1995) destaca algunas similitudes en la percepción entre el tiempo y el dinero, por ejemplo que en ambos casos su valor depende contextualmente, así como la preferencia de los sujetos a integrar las pérdidas de ambos recursos en una sola “cuota” a dividir las pérdidas en pequeños paquetes consecutivos.

Por eso no se puede concebir una empresa hoy en día que funcione sin horarios y bien que es así, ya que gracias a la medición correcta y eficaz del tiempo es que el mundo gira y fluyen los recursos a través del globo. Es por la medición del tiempo que se pueden acordar citas, horas de entregas e innumerables procesos que si bien sencillos son necesarios para el avance económico de una organización.

Una parte de este orden impuesto es la que le corresponde al planeamiento estratégico, decidir el momento y la duración de las diferentes acciones que se hayan planteado dentro de la organización, establecer plazos para corroborar información y verificar los resultados, todo funcionando como una serie de engranajes bien aceitados.

Y son estos engranajes sobre los que se monta el mercadeo para desarrollar estrategias eficientes y eficaces, uno de los principios del tiempo así como del mercadeo es la continuidad, no se puede ver algo hasta que no haya sucedido así como no se puede plantear una estrategia de mercadeo hasta que no se haya obtenido la información adecuada, por ejemplo al plantear una estrategia de medios antes se debe saber a quién se le debería de anunciar lo cual implica un estudio previo al público meta del producto o servicio.

El siguiente paso, al haber obtenido los datos demográficos del público meta es preguntarse dónde se va a publicitar el producto o servicio (Scissors & Baron, 2010) aspecto para el cual también se necesita coordinar en función del tiempo, la historia, organizada cronológicamente determina tendencias de mercado de las diferentes regiones de servicio lo cual determina las decisiones de mercado a tomar que sean convenientes acorde a los datos obtenidos.

Luego de realizar todos estos cálculos y analizar la información recopilada se obtiene el conocimiento de a quién se le va a publicitar y donde, pero falta un elemento clave que lo compone el cuándo (Scissors & Baron, 2010) por más buena que sea la campaña, por más original que sea el copy deberá de lanzarse en el momento adecuado, ni muy antes porque al consumidor se le olvidará la información dada ni después porque hay que familiarizar al consumidor con el producto o servicio.

La clave consiste en el momento adecuado, bien lo plantean Scissors & Baron (2010) cuando mencionan que los consumidores compran a intervalos regulares, al igual que con los otros dos pasos anteriores es necesario analizar éstos datos recopilados a través del tiempo para poder determinar las tendencias y ofrecer el producto o servicio en un momento oportuno.

Se puede observar entonces, que el tiempo si bien continúa siendo uno de los grandes misterios de la ciencia, en el sentido de que no sabemos dónde está ni qué es exactamente, con el hecho de medirlo, organizarlo y calcularlo permite establecer planes y estrategias a nivel de mercado para el desarrollo de una organización. 
 
El tiempo es oro” reza el adagio popular, aunque en realidad es la capacidad de organizar y planificar el tiempo lo que convierte de segundos, minutos y horas en investigación de mercado, publicidad e ingresos.

Referencias:

Leclerc, F. Schmitt, B. & Dube, L. (1995) The Journal of Consumer Research [Versión Electrónica] Waiting Time and Decision Making: Is Time like Money? 22(1) 110-119

Scientific American (2002) Special Issue: A Matter Of Time. [Versión Electrónica]A Chronicle of Timekeeping 287(3) 76-89

Scissors, J. & Baron, R. (2010) Advertising Media Planing. McGraw-Hill. NY.

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