martes, 4 de septiembre de 2012

Today’s Advertising Laws: Will They Survive the Digital Revolution?


Daniel Valerio P.

Today’s Advertising Laws: Will They Survive the Digital Revolution?

El artículo desarrolla la noción de la aplicación de leyes y teorías científicas, que nos resultan lógicas en la “ciencia dura” pero más dispersas en las ciencias sociales. Se hacen paralelismos entre planteamientos que son esenciales para áreas industriales y técnicas modernas.

Así, se indica que inclusive la publicidad tiene leyes. En contra de las  creencias populares, las ciencias sociales, dentro de las cuales incluye el autor al mercadeo, son sujeto de leyes empíricas.

Según Campanario et al. (2001) “el conocimiento científico ha pasado a ser el paradigma de conocimiento riguroso, fiable y exacto”. Más aún, este sirve como “modelo para otras disciplinas que pugnan por añadir el adjetivo «científico» a sus métodos y conclusiones”.

Se pueden realizar predicciones confiables pero únicamente a partir de leyes empíricas bien establecidas, es decir, de patrones, relaciones-interacciones observadas de manera repetida dentro de un amplio patrón de condiciones.

Las generalizaciones son posibles cuando es posible definir patrones que se muestran repetidos en estas condiciones mencionadas. Una ley sería posteriormente refinada (o en caso contrario, reemplazada por una más exacta) cada vez que se encuentre mayor posibilidad de generalizar los hallazgos.

Se debe destacar que “generalizaciones empíricas” es un término suntuoso para referirse a lo que también se conoce como leyes naturales o leyes científicas, es decir, de eventos que suceden siguiendo patrones repetitivos.

Una ley científica debe reunir una serie de condiciones, cuales son: (1) Debe tratarse acerca del mundo real, (2) debe haber sido observada a lo largo de una amplia variedad de condiciones y (3) debe haber sido observada en repetidas (numerosas) ocasiones.

Debe además quedar claramente establecido las condiciones en las cuales es generalizable dicha ley y las condiciones en las cuales no lo es. Esta aplicación de principios científicos ha convertido a la publicidad, otrora una apuesta, uno de los negocios más seguros, siempre que sea guiado con la dirección apropiada (Hopkins, 2003).

Orozco (S.F.) indica que para hacer ciencia se requiere investigar, para lo cual se debe primero describir y luego razonar con la información obtenida para descubrir las propiedades de causa-efecto en la realidad (como se establecía antes, debe ser algo plausible, válido en el mundo real) que van a explicar su comportamiento. Continúa el autor explicando que “de las formas externas al contenido de la realidad es el recorrido del pensamiento cognoscitivo para hacer teoría o discurso explicativo científico".

Las cosas se volvieron más complicadas para los publicistas y los investigadores de este campo cuando prácticamente de la noche a la mañana se hallaron en medio de una revolución digital. La fragmentación de los medios tradicionales es uno de los grandes retos para los publicistas, y por si no fuera poco, el surgimiento de nuevos medios y nuevos modelos de publicidad, nuevas formas en que los consumidores interactúan con la publicidad.
Es así que el desarrollo, con fundamentación empírica, de teorías basadas en hallazgos generalizables serán útiles en el crecimiento, no sólo de la “ciencia del mercadeo” sino de las aplicaciones desde la administración.
Si bien el futuro es incierto, uno de los beneficios de la ciencia que es extrapolable aquí es una cierta capacidad predictiva, sustentada en los patrones generalizables de los que hemos venido hablando.


Referencias
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Campanario, Juan Miguel, Moya, Aida y Otero, José. (2001). Invocaciones y usos inadecuados de la ciencia en la publicidad. Grupo de Investigación sobre el Aprendizaje de las Ciencias. Departamento de Física. Universidad de Alcalá. Alcalá de Henares, Madrid.

Hopkins, Claude C. (2003). Scientific advertising. Carl Galletti. Arizona, EEUU.

Orozco Livia, Víctor Eduardo (S.F.). El marketing y la ciencia. En: Pensamiento Crítico N.° 9, pp. 107-113.

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